Organizaciones
sociales, políticas, gremiales y de Derechos Humanos se concentraron en
la tarde de ayer en Avenida de Mayo y Nueve de Julio y marcharon al
Congreso Nacional para exigir la derogación de la Ley Antiterrorista que
ya está siendo aplicada en el país. Más de 10 mil personas unieron sus
pasos con la firme decisión de no parar hasta conseguir la anulación de
la represiva legislación. Las movilizaciones también se sintieron
potentes en el resto de las provincias.
Los 38 grados de sensación térmica no acobardaron a las 10 mil
personas que en la tarde de ayer se concentraron en Avenida de Mayo y
Nueve Julio para marchar al Congreso Nacional donde leyeron un documento
consensuado por el amplio arco de organizaciones políticas, sociales y
de Derechos Humanos que participaron de la movilización.
Encabezada por la CTA, la extensa columna humana marchó al ritmo de
los tambores para exigir la inmediata anulación de esta legislación
antipopular. “Esta es una ley que parte de un acuerdo con Estados Unidos
y el GAFI para dar un salto cuantitativo en la judicialización de la
protesta, vamos a la duplicación de penas en cualquier protesta que se
realice: la violación a una conciliación obligatoria puede ser
encuadrada por esta ley o un corte de ruta o cualquier acción que se
emprenda para llevar adelante un reclamo”, dijo Amancay Ardura,
dirigente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC). “Esta es una
jornada en todo el país, y en las provincias vamos a los juzgados
federales a pedirle a los jueces, de buena manera, que no la apliquen”,
agregó Ardura.
Mientras caminaba junto a sus compañeros por las calles porteñas,
Julio Fuentes, secretario general de ATE Nacional afirmó: “Es
fundamental no sólo reclamar por la derogación de la ley sino también
por la reforma del Código Penal Argentino en lo que hace a la coacción
agravada que fue introducido por la dictadura de Onganía y que permitió
durante toda la dècada del ’90 encarcelar y procesar a miles de
dirigentes sociales a lo largo y ancho de nuestro país”.
Nora Cortiñas, Elia Espen y Mirta Baravalle, integrantes de Madres de
Plaza de Mayo Línea Fundadora, marcharon también acompañando el pedido y
la denuncia. A su lado, Ricardo Peidro, secretario general adjunto de
la CTA dijo que la promulgación de la Ley es “un intento de disciplinar a
nuestro pueblo y darle más herramientas al poder para poder reprimir a
nuestros compañeros y compañeras. Por eso creemos que la unidad de todos
los sectores es necesaria. Más allá de las diferencias circunstanciales
es la que nos va a permitir conseguir la derogación”.
“Hoy tenemos 4.800 procesados en todo el país y cada vez hay más. Con
esta ley, que duplica la pena, estos mismos compañeros procesados
deberían comerse dos años de cana para recién después ser sobreseídos.
Esto es parte de la gravedad de esta ley”, dijo el diputado nacional por
la Unidad Popular y fundador de la CTA, Víctor de Gennaro.
A pasos de llegar al Congreso y leer el documento conjunto, Hugo
Blasco, secretario de derechos humanos de la CTA hizo hincapié en el
amplio arco de organizaciones participantes: “Hoy hay aquí una
diversidad muy grande del espectro social, político, estudiantil y
sindical porque esta es una ley que agrede por igual a todos los
trabajadores y al pueblo argentino en general y se necesita esa unidad
para derogar esta ley represiva. Además ya se está aplicando con
arrestos por horas, represión parapolicial y paraestatal, con amenazas
explícitas del poder de aplicarla para aterrorizar a los sectores
sociales e intentar romper los lazos de solidaridad en nuestro pueblo”.
En una pausa entre las entrevistas a los medios nacionales presentes,
Pablo Micheli, secretario general de la CTA volvió a explicar las
razones de la marcha: “Es una muestra de que este gobierno está
dispuesto a aplacar las protestas de forma violenta y eso es muy grave
después de todo lo que hemos pasado los argentinos. No queremos que bajo
ningún punto de vista los problemas se resuelvan violentamente. La
Presidenta es contradictoria porque por ejemplo quiere resolver
pacíficamente el tema Malvinas y luego caga a palos a los soldados. Todo
demuestra que hay un discurso para adentro y otro para afuera”.
Al llegar al Congreso, Hugo Blasco leyó el documento conjunto
consensuado por todas las organizaciones participantes en el que se
explicó claramente y sin rodeos los alcances de la Ley y la necesidad de
derogarla. Luego de la lectura, los hombres y mujeres que marcharon
pacíficamente se fueron yendo con el sol de la tarde, convencidos de que
la victoria se consigue con organización y lucha.