Página 12, Miércoles 14 de septiembre
EL PAIS › PRESENTACION EN LA CAMARA DE DIPUTADOS
Con denuncias de Merlo al Congreso
Por Miguel Jorquera
La
Comisión de Derechos Humanos de Diputados recibió ayer el testimonio de
una veintena de “víctimas de la persecución política, la violencia y el
abuso de poder” en Merlo, en el oeste del conurbano bonaerense.
Militantes de distintas agrupaciones políticas, sociales, de derechos
humanos y religiosas relataron cómo sufrieron “sistemáticas campañas de
difamación pública”, “amenazas” y “aprietes de todo tipo” de parte del
aparato político que comanda el intendente peronista Raúl Othacehé. La
comisión legislativa enviará la versión taquigráfica de las denuncias al
resto de los diputados nacionales, a la Secretaría de Derechos Humanos
de la Nación y recurrirá a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH).
Según los relatos, el poder político de Merlo hostiga cualquier
expresión política opositora o reclamos sociales. Hubo una seguidilla de
testimonios de ex concejales de distintos partidos, que una vez electos
sufrieron campañas de difamación pública, que siguieron con denuncias
penales y la destitución para “limpiar” el Concejo Deliberante de
opositores.
La docente María Fernanda Márquez y Fernando Aguirre –contaron–
fueron destituidos con acusaciones falsas, que sólo se aclararon en la
Justicia una vez que se terminaron sus mandatos como ediles. Horacio
Cepeda, actual concejal de Libres del Sur (elegido en la lista de Nuevo
Encuentro en 2009), fue destituido y repuesto en su banca por la Corte
Suprema provincial y ahora está con prisión domiciliaria por un supuesto
delito de “extorsión” que todavía se dirime en la Justicia de Morón.
Todos los testimonios apuntan a Othacehé, que gobierna Merlo desde
1991. En 2000, el ex senador radical y comerciante de Merlo Manuel De
Armas se suicidó a lo bonzo frente a la gobernación bonaerense por “la
persecución política y económica” de las autoridades municipales. Por
entonces, Othacehé había pedido licencia para asumir como ministro de
Gobierno del gobernador Carlos Ru-ckauf. Tras la crisis de 2001 y de
vuelta en Merlo, “la patota” del intendente fue sindicada como la que
golpeó salvajemente a una movilización de caceroleros que reclamaban por
sus ahorros.
El párroco de Pontevedra, Miguel Velo, sufrió en carne propia
amenazas y la difamación pública por denunciar la situación social de su
barrio y la defensa de los obreros despedidos del ex frigorífico Cepa.
En 2007, varios partidos y agrupaciones opositoras propusieron la
candidatura a intendente del cura Raúl Vila y la consigna “Merlo tiene
cura”. Vila vivió lo mismo que Velo, y ahora tiene abierta una causa
penal, promovida por el municipio, “por supuesta administración
fraudulenta”.
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Graves denuncias contra el intendente de Merlo por persecución política y violencia
2011-09-13 21:22
La Comisión de Derechos Humanos recibió
testimonios sobre los casos de abuso de poder en el municipio que
gobierna Raúl Othacehé. Lo acusan de ser la cabeza de un “entramado de
impunidad" junto a los Tribunales de Morón.
Esta
tarde la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja recibió
testimonios sobre los reiterados casos de persecución, violencia y abuso
de poder en el municipio de Merlo. Hubo graves denuncias contra Raúl
Othacehé, intendente del distrito, acusado de ser la cabeza de un “entramado” de impunidad en complicidad con los Tribunales de Morón.
A sala llena de vecinos de Merlo, la reunión presidida por Victoria Donda contó con la presencia de los diputados María Luisa Storani
(UCR), Roy Cortina (PS), Horacio Alcuaz (GEN), Cecilia Mechan (Libres
del Sur) y Elsa Quiroz (Coalición Cívica), quienes se comprometieron a
trabajar en conjunto para enfrentar la delicada situación política que
se vive en el municipio del Conurbano bonaerense.
Y,
como ha sucedido en varias reuniones en las que se tratan temas
contrarios al gobierno nacional, el oficialismo pegó el faltazo a la
convocatoria.
Al comienzo de la reunión, Donda recordó que el
año pasado la Comisión de Derechos Humanos se reunió junto a Caritas en
el distrito para receptar denuncias, pero que desde entonces “la
situación ha empeorado”. “Nos está cansando la impunidad sistemática que
vienen sufriendo los compañeros”, sostuvo la legisladora del FAP.
De
este modo, hizo alusión al episodio que lo tiene como protagonista al
concejal y maestro del Movimiento Libres del Sur, Horacio “Lula” Cepeda,
quien está detenido “víctima de una causa armada por el poder
político”, y manifestó que están evaluando la posibilidad de llevar el
caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. “Se nos ha
agotado la paciencia”, dijo.
“Tendremos
que agotar todas las instancias, incluso los estrados internacionales”,
salió en su respaldo el socialista Cortina, al igual que la radical
Storani quien sostuvo que en el Conurbano se están viviendo situaciones
“dictatoriales”.
Por
su parte, la diputada Quiroz dijo que, tras recorrer el distrito, “la
gente se está animando a denunciar” la persecución política y la
violencia. “Es moneda corriente que se persiga a quienes hagan política
de un lado diferente al intendente local”, sentenció Alcuaz minutos
después; en tanto que Merchán llamó a “levantar la voz contra Othacehé y
su banda”.
Las denuncias
Entre
las decenas de denuncias que recibió la Comisión de Derechos Humanos,
las cuales quedaron registradas en versión taquigráfica para su
posterior análisis, se hizo hincapié en la campaña
de difamación pública –mediante afiches o folletos-, así como las
amenazas y los aprietes de todo tipo contra personalidades políticas,
religiosas y sociales que no comulgan con la línea política oficial.
María Fernanda Márquez, ex concejal del FREPASO, dijo que Othacehé
“es exactamente lo mismo que los militares han sido”. “La gente tiene
miedo; las elecciones en Merlo son una payasada, ¿en qué distrito sucede
que en la tarde de las elecciones los fiscales terminen presos?”, se
cuestionó la concejal destituida.
El también ex concejal Fernando Aguirre, quien fue
expulsado por negarse a votar la privatización de la recolección de
residuos, reconoció que ha sido “sistemáticamente perseguido”, al igual
que sus hijos, quienes “fueron seguidos a la salida de la escuela”. De
igual modo, Aguirre dijo que en Merlo “un opositor no puede tener un
negocio habilitado porque es clausurado de inmediato”.
Por su parte, Roxana Mattarolo,
abogada defensora del concejal detenido “Lula” Cepeda, narró su
experiencia personal que comenzó en 2004, tras haber investigado un caso
de remises truchos. Dijo que aún hoy está vigente una “causa armada” en
la que se la acusa de “haber apretado con un arma a un puntero de
Othacehé” y acusó a la Justicia moronense al respecto.
“Esta
situación absurda no tendría base si no contara con la connivencia del
Poder Judicial de Morón sosteniendo el sistema perverso de este hombre”,
expresó.
Gustavo
Menéndez, candidato a intendente por el partido Grande Merlo, también
denunció persecución por parte del poder político local. Enumeró que
tuvo “123 panfletos difamatorios” en su contra y “1300 actas de
infracción por publicidad ilegal”, lo que implicaría casi 300 mil pesos
en multas.
Igualmente,
Menéndez denunció las amenazas de muerte que recibió. Mencionó también
que “había sido tiroteado el frente de la casa de su madre” y que le
habían “reventado” la casa el día de las elecciones, dejándole una
boleta con la cara de Othacehé.
Las
historias más desgarradoras vinieron de mano de Gastón Marin, quien
contó cómo el propio intendente de Merlo le ofreció 50 mil pesos para
que silenciara la muerte de su propia hija -sucedida en circunstancias
sospechosas en un hospital del distrito- y cómo el juez de turno lo
amenazó para que deje de reclamar el esclarecimiento de los hechos; así
como la historia de Carmén Villafañe, la fundadora del
comedor “La Estrellita” que sufrió el secuestro de una de sus hijas de
16 años, la cual fue torturada por desconocidos.
Algunos
de los hechos sucedidos en Merlo fueron denunciados oportunamente ante
el Programa Anti Impunidad, la Secretaría de Derechos Humanos de la
Nación y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.