Anoche
encontraron en Moreno a Marisol y Antonella. Dos nenas que llevaban
varios días ausentes de sus hogares en el Barrio Lago del Bosque de
Merlo. Sus familiares, en la normal desesperación de no saber su
paradero se movieron, recurrieron a la policía para que las buscaran.
Increíblemente, a pesar de la cantidad de casos con finales trágicos,
siguen sosteniendo como principal hipótesis la fuga del hogar, la
travesura. No conozco estadísticas sobre el tema y es probable que
muchas desapariciones no sean coercitivas; pero un solo caso -y son
muchos- ¿no es suficiente para extremar esfuerzos y agotar todas las
instancias de búsqueda? Quienes trabajan para prevenir la trata, que es
la principal causa de desapariciones de mujeres y niñas, hablan sobre la
importancia de los primeros días en la búsqueda. Aún en el caso de que
se vayan por propia voluntad, van a la calle sin la protección de sus
seres queridos, sin experiencia de vida y a merced quién sabe de
quienes. También han sido muchos los casos de niñas que han aparecido
sin vida en algún descampado. En el caso de estas dos nenas sus familiares descontentos con la actividad policial llegaron hasta a cortar la ruta 5.
Otro capítulo merece el Estado municipal. Hace no tanto otro caso
similar en Matera también terminó en un corte de calle y un escrache a
una comisaría. De la misma forma, familiares y vecinos denunciaban
inacción policial y estatal, recibiendo como respuesta de la
Municipalidad que la policía estaba actuando correctamente y acusando al
PO por generar ese estado de agitación. Las chicas aparecieron también.
Municipio y policía dijeron: vieron, nosotros teníamos razón.
Difícil es imaginarse que tras los casos de Marita Verón, María Cash y
la cantidad de mujeres y niñas desaparecidas nunca encontradas o
encontradas sin vida, un familiar de una chica desaparecida se quede
tranquilo esperando que la policía o el estado actúen.
Esta claro
que no hay un protocolo de actuación distrital que involucre a las
fuerzas de seguridad y a las distintas dependencias del estado municipal
que trabaje en la búsqueda y contención familiar.
LAMENTABLEMENTE Y A PESAR DE LO TERRIBLE DEL PROBLEMA, NO HAY POLÍTICAS PÚBLICAS QUE LO ATIENDAN.
A contrapelo de esto, muchas organizaciones e individuos se van
conformando como redes, difundiendo, acompañando y buscando
concretamente. Esto debería ser complementario y no el reemplazo del rol
que el Estado no ocupa.